La miel es un endulzante natural producido por las abejas a partir del néctar de las flores. Su composición principal incluye azúcares como la fructosa y la glucosa, además de pequeñas cantidades de vitaminas (B y C), minerales (calcio, potasio, magnesio) y antioxidantes. Es conocida por sus propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, lo que la convierte en un remedio natural para la tos y el resfriado.

Desde el punto de vista nutricional, la miel aporta aproximadamente 300 calorías por cada 100 gramos, siendo una fuente rápida de energía. Aunque su índice glucémico es inferior al del azúcar refinado, su consumo debe ser moderado, especialmente en personas con diabetes.

La temporada de consumo de la miel varía según su uso. En otoño e invierno, es popular por sus beneficios para la salud, ayudando a fortalecer el sistema inmunológico y aliviar afecciones respiratorias. En primavera y verano, se emplea en bebidas refrescantes y postres.

Existen diferentes tipos de miel según su origen floral, como la miel de azahar, eucalipto o romero, cada una con un aroma y sabor particular. Además de su uso culinario, se emplea en cosmética y medicina natural.