La mora blanca es una fruta pequeña, redonda y jugosa, que pertenece al género Morus. Su color varía entre blanco y un tono morado muy claro cuando está madura. Su sabor es dulce, ligeramente ácido y menos intenso que el de la mora roja o negra. Esta fruta crece en árboles de morera y es apreciada por su versatilidad en la cocina.

Nutricionalmente, la mora blanca es rica en vitamina C, un antioxidante que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y a mantener la salud de la piel. También es una excelente fuente de vitamina K, esencial para la coagulación sanguínea y la salud ósea. Además, las moras blancas contienen fibra dietética, que favorece la digestión, y antocianinas, compuestos antioxidantes que protegen las células del daño causado por los radicales libres. En 100 gramos de mora blanca, se encuentran aproximadamente 43 calorías, 9 gramos de carbohidratos y 1.6 gramos de fibra.

La temporada de la mora blanca varía según la región, pero generalmente se cosecha entre la primavera y el verano, especialmente entre los meses de mayo a agosto. Se puede disfrutar fresca, en batidos, postres, mermeladas o incluso en salsas para carnes.