Las habas son legumbres que se consumen tanto frescas como secas, dependiendo de su estado. Las habas frescas son las que se recogen directamente de la planta antes de que las semillas se sequen, y se utilizan en su estado más tierno, al igual que las habas tiernas sin vaina. Estas habas frescas se extraen de la vaina, que luego se descarta, y se cocinan para consumirlas en una variedad de platos como sopas, guisos, ensaladas o incluso como acompañamiento de otros alimentos.

En cuanto a su valor nutricional, las habas frescas son una excelente fuente de proteínas vegetales, siendo una gran opción para dietas vegetarianas y veganas. También son ricas en fibra, lo que ayuda a mejorar la digestión y mantener un sistema digestivo saludable. Contienen vitaminas del grupo B, como el ácido fólico, que es esencial para la producción de células sanguíneas, así como minerales como hierro, magnesio y potasio, que son importantes para la salud cardiovascular y el funcionamiento muscular.

La temporada de consumo de las habas frescas generalmente ocurre entre marzo y junio, cuando están en su punto óptimo de frescura. Después de este periodo, las habas pueden secarse y consumirse en su versión seca durante todo el año.