El zapote es una fruta tropical de la familia de las sapotáceas, conocida por su pulpa suave, dulce y aromática. Existen diversas variedades, como el zapote negro, zapote blanco, zapote mamey y el zapote chico, cada una con características de sabor y textura distintas. Su cáscara puede ser lisa o rugosa, variando en color desde marrón hasta verde oscuro, mientras que su pulpa puede ser anaranjada, blanca o incluso negra en algunas variedades. Se cultiva en climas cálidos y húmedos, con suelos bien drenados y ricos en materia orgánica.
Desde el punto de vista nutricional, el zapote es una excelente fuente de carbohidratos naturales, lo que lo convierte en una fuente de energía rápida. Contiene vitamina A, esencial para la salud ocular y la piel, además de vitamina C, que refuerza el sistema inmunológico. También aporta potasio, que ayuda a la función muscular y el equilibrio de líquidos, y fibra, favoreciendo la digestión y el tránsito intestinal. Su contenido en antioxidantes contribuye a la protección celular y al bienestar general.
Su temporada óptima de consumo es en primavera y verano, cuando su pulpa alcanza su máxima dulzura y jugosidad. Se consume fresco, en jugos, batidos, postres o incluso en preparaciones tradicionales de ciertas regiones.