La piña tropical es una fruta de forma ovalada o cilíndrica, con una cáscara dura y escamosa de tonos verdes, amarillos y marrones. Su pulpa es jugosa, fibrosa y de color amarillo dorado, con un sabor dulce y ligeramente ácido. Se cultiva en climas cálidos y húmedos, donde necesita suelos bien drenados y ricos en nutrientes para desarrollarse correctamente.

Desde el punto de vista nutricional, la piña tropical es una excelente fuente de vitamina C, que refuerza el sistema inmunológico y favorece la producción de colágeno. También contiene bromelina, una enzima que ayuda en la digestión de las proteínas y posee propiedades antiinflamatorias. Aporta fibra, lo que mejora el tránsito intestinal, y minerales como el manganeso, esencial para la salud ósea y el metabolismo. Su alto contenido de agua la convierte en una fruta refrescante e hidratante.

Su temporada óptima de consumo es en primavera y verano, cuando alcanza su punto máximo de maduración y dulzura. Se puede disfrutar fresca, en jugos, batidos, ensaladas o postres, y también se usa en platos salados, aportando un toque tropical a carnes, salsas y guarniciones.