La papa yema de huevo es un tubérculo originario de los Andes, caracterizado por su pequeño tamaño, piel fina y una pulpa de color amarillo intenso, similar al de la yema de huevo. Su sabor es suave y ligeramente dulce, mientras que su textura es cremosa y firme, lo que la hace ideal para diversas preparaciones culinarias.

Desde el punto de vista nutricional, aporta carbohidratos complejos, proporcionando energía de manera sostenida. También es rica en fibra, favoreciendo la digestión, y en vitamina C, que contribuye al fortalecimiento del sistema inmunológico. Contiene vitamina B6, esencial para el metabolismo, así como potasio, que ayuda en la función muscular y en la regulación de líquidos en el cuerpo. Su color amarillo indica la presencia de carotenoides, antioxidantes beneficiosos para la salud ocular.

La mejor época para su consumo es en verano y otoño, cuando se encuentra en su punto óptimo de madurez y sabor. Es muy versátil en la cocina y se puede disfrutar hervida, asada, en guisos o en puré, conservando su piel para aprovechar al máximo sus nutrientes.