La pantana es una fruta tropical poco conocida, originaria de regiones cálidas y húmedas de América del Sur. Se caracteriza por su forma ovalada, su cáscara gruesa de color verde oscuro que se torna amarilla al madurar y su pulpa jugosa de tonalidad anaranjada. Su sabor es una combinación entre mango y maracuyá, con un toque ligeramente ácido.

Desde el punto de vista nutricional, la pantana es rica en vitamina C, lo que la convierte en un excelente antioxidante natural, ayudando a fortalecer el sistema inmunológico. También contiene vitamina A, beneficiosa para la salud ocular, así como fibra, que favorece el tránsito intestinal. Es baja en calorías y aporta minerales esenciales como potasio y magnesio, lo que la hace ideal para deportistas o personas que buscan una alimentación equilibrada.

La temporada de consumo de la pantana varía según la región, pero generalmente se encuentra en su punto óptimo entre los meses de noviembre y marzo, coincidiendo con la época de lluvias en su hábitat natural. Se puede consumir fresca, en jugos, postres o mermeladas. Además, en algunas comunidades se utiliza para la elaboración de productos fermentados o medicinales debido a sus propiedades digestivas.