Las manitas saladas son las patas del cerdo o cordero que han sido previamente saladas para su conservación y posterior preparación culinaria. Son un ingrediente tradicional en muchas gastronomías, especialmente en España y América Latina, donde se utilizan en guisos y estofados.
Desde el punto de vista nutricional, las manitas saladas son ricas en colágeno, lo que las hace beneficiosas para la salud de la piel, las articulaciones y los huesos. También aportan proteínas, hierro, calcio y fósforo, aunque tienen un contenido graso moderado. Al estar saladas, contienen altos niveles de sodio, por lo que se recomienda moderación en su consumo, especialmente en personas con hipertensión.
Se pueden consumir todo el año, aunque son más populares en otoño e invierno, cuando se preparan en guisos y platos de cuchara. Antes de cocinarlas, es necesario desalarlas en agua durante varias horas o incluso días, cambiando el agua varias veces. Se suelen preparar guisadas con tomate, ajo, laurel y especias, o en recetas más elaboradas como las manitas rellenas.