El codillo de cerdo es una pieza de carne ubicada en la parte baja de la pata del cerdo, entre la unión del hueso y la pierna. Es un corte gelatinoso y jugoso, caracterizado por su textura tierna cuando se cocina a fuego lento. Se utiliza en diversas gastronomías, siendo especialmente popular en Alemania, España y Europa del Este.

Desde el punto de vista nutricional, el codillo de cerdo es rico en proteínas, colágeno y grasas, proporcionando una gran fuente de energía. También aporta hierro, zinc, fósforo y vitaminas del grupo B, esenciales para el metabolismo y la salud ósea. Sin embargo, su contenido en grasa y calorías es elevado, por lo que se recomienda un consumo moderado dentro de una dieta equilibrada.

Se puede consumir todo el año, pero es más popular en otoño e invierno, ya que suele prepararse en guisos y asados contundentes. Se cocina al horno, estofado o cocido, muchas veces acompañado de chucrut, puré de patatas o legumbres. Una de las preparaciones más conocidas es el «Eisbein» alemán, donde el codillo se cuece hasta que la carne queda extremadamente tierna.