Las castañas son frutos secos que provienen del castaño (Castanea sativa), un árbol originario de Europa y Asia. Su temporada de consumo suele ser en otoño, específicamente desde octubre hasta diciembre, cuando están en su punto óptimo de maduración. Este alimento ha sido parte de la dieta de diversas culturas durante siglos, especialmente en regiones montañosas donde se cultivan.

Desde el punto de vista nutricional, las castañas son ricas en carbohidratos complejos, lo que las convierte en una excelente fuente de energía. Aportan alrededor de 180 calorías por cada 100 gramos y son bajas en grasa, con solo un 2% de contenido graso. Además, son ricas en fibra, lo que favorece la digestión y ayuda a mantener un nivel de saciedad. Las castañas también son una buena fuente de vitaminas y minerales, destacando su contenido en vitamina C, que fortalece el sistema inmunológico, y en minerales como el potasio, que es esencial para la salud cardiovascular.

Su versatilidad en la cocina permite utilizarlas en diversas preparaciones, desde platos salados hasta postres. Además, su sabor característico y textura suave las convierten en un deleite tanto en su forma asada como en elaboraciones más complejas.