El queso semicurado es un tipo de queso que se encuentra en una fase intermedia de maduración, entre el queso fresco y el curado. Su tiempo de maduración varía generalmente entre 1 y 3 meses, lo que le otorga una textura firme pero aún suave y un sabor más intenso que el queso fresco, pero menos pronunciado que el queso curado. Su sabor es ligeramente ácido y afrutado, y puede presentar una capa exterior con un toque más robusto debido a su curación.

En términos nutricionales, el queso semicurado es una excelente fuente de proteínas, calcio y fósforo, esenciales para la salud ósea y muscular. También aporta vitaminas del grupo B, especialmente B2 y B12, que son importantes para el metabolismo energético y la función del sistema nervioso. Además, es una fuente de grasa saturada y energía, por lo que se recomienda consumirlo con moderación, especialmente en dietas bajas en grasa o para quienes controlan su ingesta calórica.

Este queso se disfruta durante todo el año, pero es especialmente popular en los meses de otoño e invierno, cuando se consume más como parte de tapas, ensaladas o acompañando platos calientes. Ideal para maridar con vinos o como ingrediente en sándwiches y pizzas.