Las gerberas son plantas ornamentales pertenecientes al género Gerbera, conocidas por sus flores grandes y coloridas, que varían en tonalidades como rojo, rosa, amarillo, blanco, naranja y morado. Originarias de África del Sur, las gerberas son muy apreciadas en jardinería y en la creación de arreglos florales debido a su belleza y durabilidad. Las flores tienen una forma similar a las margaritas, con pétalos delicados dispuestos en una disposición radial alrededor de un centro prominente.

En cuanto al mantenimiento, las gerberas requieren suelo bien drenado y rico en nutrientes, preferiblemente ligeramente ácido o neutro. Necesitan una ubicación soleada para prosperar, ya que la luz directa favorece su floración. Aunque son resistentes, estas plantas deben mantenerse en un lugar donde no haya heladas, ya que son sensibles al frío. Se recomienda un riego moderado, evitando el encharcamiento, para prevenir la pudrición de las raíces.

El mantenimiento también implica cortar las flores marchitas para estimular nuevas floraciones y fertilizar durante la temporada de crecimiento con un fertilizante equilibrado.

La época de siembra de las gerberas es en primavera, aunque en climas cálidos pueden plantarse durante todo el año. La propagación puede realizarse por semillas o mediante la división de las plantas. Con los cuidados adecuados, las gerberas pueden florecer desde la primavera hasta el otoño, dependiendo del clima.