Los canónigos (Valerianella locusta) son una verdura de hoja perteneciente a la familia de las caprifoliáceas. Se caracterizan por sus pequeñas hojas verdes, redondeadas y de textura suave, con un sabor ligeramente dulce y a nuez. Son muy apreciados en ensaladas y se cultivan en climas templados y frescos, prefiriendo suelos húmedos y bien drenados.
Desde el punto de vista nutricional, los canónigos son una excelente fuente de vitamina C, que fortalece el sistema inmunológico y favorece la producción de colágeno. También contienen vitamina A, beneficiosa para la piel y la visión, y vitamina B6, que ayuda al metabolismo energético. Son ricos en ácido fólico, esencial para la producción de glóbulos rojos, y en hierro y potasio, que contribuyen a la función muscular y al equilibrio de líquidos. Además, su alto contenido en fibra favorece la digestión y la sensación de saciedad.
Su temporada óptima de consumo es en otoño e invierno, cuando sus hojas son más tiernas y su sabor más intenso. Se disfrutan principalmente crudos en ensaladas, aunque también pueden añadirse a sopas o como guarnición.