La albahaca es una hierba aromática de la familia de las lamiáceas, conocida por su intenso aroma y su sabor ligeramente dulce con notas especiadas. Sus hojas son de color verde brillante, aunque existen variedades moradas o con tonos más oscuros. Se cultiva en climas cálidos y soleados, prefiriendo suelos bien drenados y ricos en materia orgánica.
Desde el punto de vista nutricional, la albahaca es rica en vitamina K, esencial para la coagulación sanguínea y la salud ósea. También aporta vitamina A y vitamina C, que fortalecen el sistema inmunológico y protegen la piel. Contiene antioxidantes, como los flavonoides y polifenoles, que ayudan a combatir el daño celular. Además, posee compuestos con propiedades antiinflamatorias y antibacterianas. Su contenido en magnesio y hierro contribuye a la función muscular y la producción de glóbulos rojos.
Su temporada óptima de consumo es en primavera y verano, cuando crece con mayor vigor y su aroma es más intenso. Se usa fresca o seca en ensaladas, salsas como el pesto, guisos y platos mediterráneos, aportando un toque de frescura.